lunes, 11 de junio de 2018

FALSIFICACIÓN DEL CASO LARRABURE


Arturo Larrabure, hijo del Coronel Argentino del Valle Larrabure, escribió una carta en el diario La Nación del domingo último en la que amonesta a diputados santafesinos, que se habían expedido en contra de la reapertura de la causa de su padre, por no haber siquiera leído el expediente y por su intento de falsificación de aquel horroroso crimen perpetrado por el ERP.

Larrabure vuelve con entereza a la penosa imagen de su padre para clarificarles con detalles técnicos la mecánica del asesinato, justificar su pretensión de que el crimen sea considerado de lesa humanidad y reclamar un poco de respeto por el dolor de las víctimas del terrorismo guerrillero.


La Nación - Opinión - Cartas de lectores

10 de junio de 2018

Pretendiendo inconstitucionalmente inmiscuirse en decisiones que competen al Poder Judicial, diputados santafesinos han declarado su más enérgico repudio ante los intentos de reabrir la "causa Larrabure" para que el crimen de mi padre, el Coronel Argentino del Valle Larrabure, sea considerado de lesa humanidad


Su actitud revela ignorancia de las normas del derecho internacional humanitario que invocan, comprometiendo a la vez la responsabilidad internacional del Estado Argentino quien se encuentra obligado a respetar los tratados internacionales que ha ratificado, entre otros, las Convenciones de Ginebra de 1949, ratificadas por nuestro país en 1957 por ley 14.442, que impiden atentar contra los prisioneros detenidos. Cínicamente el diputado Carlos Del Frade sostuvo que en la causa penal "siempre se habló de un suicidio. Ni siquiera hubo asesinato". Al menos por respeto al dolor de la víctimas del terrorismo guerrillero debería haber comenzado por leer la carátula del expediente que expresa: "N.N.S/ homicidio agravado p/el concurso de dos o más personas, privación ilegal de libertad (art. 144 bis inc. 1) e imposición de tortura (art.144 Ter. Inc. 1). Denunciante: Larrabure, Arturo Cirilo, víctima, Larrabure, Argentino del Valle".

Los peritos del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema, por unanimidad, han concluido que fue víctima de una muerte violenta, habiendo sido estrangulado. Descartaron la existencia de una asfixia por ahorcadura autoprovocada, pues "no se describen protrusión de la lengua ni lesiones corporales compatibles con esquimosis, excoriaciones y/o hematomas capaces de generarse durante el período convulsivo de colgamiento". El surco además es de recorrido completo, mientras que en la ahorcadura es incompleto. Especial relevancia dieron a la determinación de alcohol etílico en sangre visceral de 3,49 gramos por mil mililitros en promedio, guarismo que los llevó a concluir que "Larrabure se encontrara en estado de indefensión o por lo menos con disminución de su capacidad de reacción al momento de su muerte".

Señores diputados: mi padre murió sin quebrarse, como el "quebracho que al caer hace el ruido que sigue estremeciendo la tranquilidad del monte". Para los terroristas del ERP que le ofertaron canjear su libertad por la traición, la verdad y los ideales son simples monedas de cambio. Son amorales, y por ello ni siquiera advierten que las condiciones infrahumanas de cautiverio constituyen en sí mismas, y más allá de las circunstancias de su muerte, una tortura psíquica y física tipificada como crimen de lesa humanidad. Al pedir que el delito se tipifique de tal manera no estoy defendiendo al Proceso. A mi padre lo mataron antes de que comenzara. Pretendo, sí, extirpar la lógica de violencia que ha otorgado a los terroristas el derecho de secuestrar, torturar y asesinar en momentos que la Argentina tenía solo el 4%de pobreza y vivía en democracia.

Arturo Larrabure

Centro de Estudios Salta

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