jueves, 19 de febrero de 2009

"GRACIAS A LOS GARANTISTAS"


Que cada servidor público que sea asesinado por la delincuencia consentida, encuentre a su lado a los ciudadanos y demandando al gobierno.



"GRACIAS A LOS GARANTISTAS"

Asunto: Oficial Aldo Garrido


Quienes crecimos en San Isidro vimos desde jóvenes al Oficial Garrido recorrer las calles del centro de nuestra ciudad, Belgrano, 9 de Julio y aledañas.

Siempre impecablemente vestido, de sonrisa amable, educado, saludando a todos y a quien todos saludaban, incluso a quienes veía de vez en cuando, pero él igualmente los reconocía como de la zona.

Pero el día 17 de febrero fue arteramente asesinado por una delincuencia que ha crecido exponencialmente en los últimos años, aparentemente amparada por un gobierno que no atina (o no quiere porque no le importa) detener ese crecimiento.

Esa tarde fui parte de una multitud que se acercó a la Catedral durante la misa por su alma. Muchísima gente quedó afuera, no se podía entrar por la cantidad que había en el interior. Me encontré con Carlos Eppens y Giselle Jacobs.

Alguien había pegado en la puerta un cartel que decía: Cristina: No digas más: "No quiero leyes terribles", frase que dijera en ocasión del asesinato del Ing. Barrenechea (otro de la extensa lista de hechos), cuando se pedía reducir la edad de imputabilidad.

Había, entre otros, un notero y un camarógrafo de canal 9 (¿Sigue siendo de Hadad?), con Giselle fuimos a pedirle que tomara y mostrara el cartel mencionado. Insólitamente nos respondió (dos veces porque le insistimos): "No puedo".

¿Es que en nuestro país hay orden de "arriba" de no mostrar en los medios las realidades que molestan al gobierno?

Ahora estoy seguro que sí. Por eso lo echaron hace tiempo a Pepe Eliaschev y recientemente a Nelson Castro, e intentan acallar a muchos otros con el extorsionante manejo de la "pauta oficial".

Eso sí, ni el bigotudo infame, supuesto responsable de la seguridad, ni el manco del espanto, ni mucho menos la psicópata bipolar, se hicieron presentes en el homenaje.

El energúmeno estaba vociferando e insultando (como es su habitual modo de ser) en Avellaneda.

Por todas estas cosas y muchas más los sanisidrenses honestos sentimos muchísima bronca por el vil asesinato de éste ejemplar Policía.

Gracias a los garantistas.

A los supuestos defensores de los derechos humanos (de los asesinos terroristas y de los delincuentes, pero no de Garrido y de la gente decente que trabaja).

A los idiotas útiles que defienden éste gobierno de corruptos e inmorales, al lado de los cuales Menem parece la Madre Teresa de Calcuta.

Por todos ellos así estamos.

Gustavo Basavilbaso

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Si el incendio es hoy, hay que apagarlo hoy, y como se repite día por medio, hay que seguir actuando para apagarlos todos los días. ¿Nunca más incendios!. Si se producen por una peste de vecinos incendiarios, porque tienen sus mentes deformadas y son enfermos mutilados mentales que provocó nuestra sociedad cruel, que no los protege, no los protegió nunca, ni los educa, ni se ocupa de integrarlos, HOY son seres peligrosos
Lo mismo hay que salir a buscarlos para que no sigan haciendo daño hoy, y castigarlos severamente porque lo suyo es un delito.
Quizás los incendiarios son sólo un 5% de la población en riesgo que puede entrar en esas prácticas. A no dudar , existen millones de vecinos con igual condicionamiento de base, que podrían entrar en esos delito pero se la bancan, sufren esa triste condición y a pesar de todo, tienen una muy valorable moral de autocontrol para no actuar así.
A la delincuencia combatiente armada que hoy mata, hiere, roba y crean INSEGUIRIDAD en la población HOY, en que usted esta leyendo mi carta, mañana aparecerán en los medios expresando el horror vivido y todos nosotros nos daremos cuenta que podremos ser los próximos, los que estemos en los medios. Entonces hoy hay que salir a buscarlos por los combatientes de la policía, que hemos formado y pertrechado.
“La coversación” entre ellos será en los términos de los combatientes armados, que tiene sus propias reglas, porque lo que está en juego es la vida, y las reglas pasan por su propia supervivencia. Además, desde el Estado deben generar todos los marcos regulatorios, y proveer todos nuevas tecnologías para que no se repitan los asaltos, heridos, robados y muertos HOY.
Entre las víctimas de hoy, hasta puedo ser yo, alguno de mis hijos o quizás usted que ahora en forma impensada y tranquilo está leyendo el diario, al lado de un exquisito café.