Ayer firmó un nuevo decreto de necesidad y urgencia que le asegura el manejo discrecional de US$ 38.000 millones para 2011. Incluye pagar con reservas la deuda con acreedores privados y destinar más plata para hacer obras públicas.
Por Jorge Luis Velázquez
Cristina, fondos, récord, año electoral Con pocas horas de diferencia, Cristina Kirchner firmó dos Decretos de Necesidad y Urgencia que tienen un alto impacto económico y político. El primero se conoció el martes y completó un círculo que le permitió manejar a discreción $ 64.800 millones durante 2010. Y ayer rubricó otro que le asegura recursos extra por 38.000 millones de dólares durante 2011. Así, podrá disponer de un récord de fondos justo en el año electoral.
Según un DNU que se publicó ayer en el Boletín Oficial, la Presidenta podrá contar el año próximo con todos los recursos presupuestarios que el Parlamento se había negado a aprobarle cuando comenzó la discusión del Presupuesto 2011. Una vez más desde que perdió la mayoría propia en las Cámaras, la Casa Rosada demostró que está dispuesta a gobernar por decreto, sin necesidad de buscar el aval legislativo.
En el listado de temas rechazados que impidieron que el proyecto de presupuesto se pudiera aprobar figuraba el uso de las reservas del Banco Central para pagar la deuda con acreedores privados por 7.500 millones de dólares. Sin embargo, esto ayer quedó autorizado por decreto.
Tampoco se había logrado acuerdo sobre aspectos como las proyecciones de crecimiento e inflación; o la inclusión de partidas específicas para financiar el pago del 82% móvil en las jubilaciones mínimas, que finalmente fue vetado por la Presidenta.
El resultado de la falta de acuerdo entre oficialismo y oposición derivó en que el 2011 comenzará sin Presupuesto. Pero lo que en un primer momento fue considerado por el oficialismo como un “palo en la rueda” que le ponía la oposición, ahora se transformó en fortaleza: fue el argumento que le permitió al Gobierno manejarse desde el 1 de enero con una prórroga del presupuesto anterior y sostener la “necesidad y urgencia” del decretazo publicado ayer por 38.000 millones de dólares.
La ventaja para el Gobierno es que en el año nuevo contará con los recursos actualizados de este año, más los excedentes de ingresos que obtendrá por la subestimación de la recaudación que está implícita. Estos extras son los que se vienen redistribuyendo a través de los DNU que firma la Presidenta y los “superpoderes” que tiene el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Un mecanismo cómodo y eficaz, que le permitió a Cristina decidir con total autonomía el destino de unos 163.000 millones de pesos en los tres años que lleva su gestión.
El complemento perfecto lo tuvo con el decreto de ayer: aunque no implica más recursos para gastar, le otorga más facultades para tomar deuda o emitir avales del Estado para financiar obras públicas. Así, el principal beneficiario del esquema es el Ministerio de Planificación. Su conductor, Julio de Vido, es uno de los ministros que ganó mayor cuota de poder en el área económica desde que falleció el ex presidente Néstor Kirchner, quien tomaba las decisiones trascendentes en esta materia.
Entre los proyectos que se beneficiarían con ese financiamiento tomado con garantía de todos los argentinos hay varios que fueron severamente cuestionados por su falta de transparencia. La compra de material rodante ferroviario a China es uno de ellos. Y otro es la construcción de la represa de Cóndor-Cliff. Por citar dos de los ejemplos más conocidos.
La oposición salió ayer en bloque a cuestionar el nuevo decretazo. Entre otras cosas, se planteó que esto implica un desprecio a la división de poderes y un manejo discrecional de los dineros públicos. Además, alertó por el efecto inflacionario de usar las reservas del Central.
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