El problema habitacional en Venezuela es cada vez más serio y no se debe sólo a las copiosas lluvias que provocaron inundaciones y dejaron a cientos de damnificados en las calles o refugios, sino a las políticas de gobierno que resultan ser productoras de más pobreza cada día.
Por Juana Marco
La política prebendaría y la de distribución de algunos objetos irrelevantes, más la entrega reciente de algunas viviendas modestas al sector más careciente, parece ser para el presidente venezolano su gran mérito. Mientras, continúa nacionalizando empresas y coartando la producción privada hasta llevarla a la quiebra para hacerse de más empresas estatales.
Esta dinámica no hace más que sumarse a las tantas iniciativas productivas fracasadas de este gobierno que no tiene capacidad para desarrollar emprendimientos industriales de magnitud.
Pareciera que la intención fuera expulsar del país a los venezolanos de clase media acomodada o "aristocrática", empleando una persecución indirecta hacia este segmento social. Además de la gran inseguridad, la desprotección y la inestabilidad en la que vive el país, por la que lo deben emigrar muchos.
Las lluvias de finales de noviembre y principios de diciembre de 2010 dejaron en Venezuela más de una treintena de muertos, cerca de 130 mil damnificados y provocaron inundaciones y corrimientos de tierra que afectaron decenas de miles de viviendas en todo el país, según informes y cifras oficiales. Ésto hizo que el mandatario impulsara a los afectados a tomar cuanto predio y vivienda desocupada encontraran para su refugio y posesión.
Actitudes que no hacen más que destacar la intención de empobrecer al país para sumirlo a su dominio con premios y castigos a todos los venezolanos, incentivando aún más el desorden y anarquía. Gestos que se asemejan a lo experimentado en Argentina hace unos días con la ocupación de inmigrantes extranjeros de bajos recursos en terrenos públicos.
Lo que más alarma, porque pueda también sugerirlo a sus socios de la región como Bolivia, Ecuador, Argentina y otros es que ante la perspectiva de que el Congreso no lo apoye aumenta sus poderes.
En Argentina, el Ejecutivo en una actitud semejante determina vetar o dictar DNI (Decretos de Necesidad y Urgencia) para imponerse al Congreso cuando no respalda lo dictaminado por las autoridades-
El bolivariano además aceleró el tratamiento de proyectos que coartan la libertad de prensa y continúa con sus medidas autoritarias. Faltando días para la nueva conformación del parlamento, avanza sobre la prórroga de poderes especiales para gobernar por decreto y una ley de "responsabilidad social en radio y televisión" por la cual el Estado podrá ejercer control sobre los contenidos de los medios televisivos y radiales, sobre los proveedores de Internet, los medios electrónicos y servicios de televisión por cable.
Por el momento no se vislumbra en el corto plazo la posibilidad para que Venezuela logre revertir la situación política, ya que no son las condiciones climáticas las que llevan al país a ese estado de emergencia, sino las circunstancias políticas que impone el actual gobierno. Muchas de sus características son similares a las que van surgiendo en Argentina, sin mayor resistencia que un análisis severo o la sentencia publica de algunos medios independientes que quedan.
Si quedan en minoría los países que se asocian con este proyecto en la región, podrían lograr presionar el resto para en las próximas contiendas electorales tanto la venezolana como las de otros, los resultados de las urnas logren desplazar a quienes promueven estas dictaduras con apariencia formal de democracia.
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