En nuestro país, aplicar el Código Penal es impugnado por "represor". Ejercer la autoridad, por autoritario. Pedir que rija la ley es rechazado porque "huele a milicos". Reclamar orden, directamente es sinónimo de dictatorial.
Por Alberto Asseff
Están trastrocados los valores y las cosas. Por no decir esa palabra prohibida: están subvertidos.
Reprimir a la delincuencia: ¿De derecha o derecho de la sociedad?
Ahora sucede que repudiar la anarquía es ser de derecha y pretender que la ley sea respetada es propio de los ricos. Aspirar a que los delincuentes sean castigados como disponen las normas es un agravio a los derechos humanos, pero que esos criminales maten a mansalva y roben por doquier no implica lesión a los derechos humanos de las víctimas. ¡Que se la aguanten por ser propietarios o inquilinos legales! ¡Que paguen su ostentación de tener unos pesos en el banco y la osadía de retirarlos para hacer un pago!
¡Vivan los delincuentes! ¡Que a las víctimas las cobije Dios o quien sea!
La hipocresía de Rafecas y de muchos otros
El Estado y el gobierno que lo usurpa - porque no es legítimo adueñarse cual bien propio del bien común - se halla para amparar a los victimarios. Si se usurpan terrenos privados o públicos, hay que controlar a los vecinos protestones (y racistas, discriminadores, prepotentes y otros epítetos) y permitir y tolerar la violación de la ley o, en el máximo supuesto, hacer hipócritamente lo que hizo el juez federal Rafecas: ordenar el desalojo pacífico del club Albariños. ¿Para qué está la fuerza pública y el derecho que prevé llamarla en auxilio en caso de resistencia a la aplicación de la ley?
Nilda Garre: 'Genio y Figura' desde Onganía para acá
Si hablamos de dobles discursos, reciclajes, contradicciones, falacias y todo lo demás, es oportuno rememorar algunas "perlitas" de Garré, flamante nueva ministra, así como lo fue inclusive con Fernando de la Rúa (subsecretaria de Interior).
Nilda Garré se graduó de abogada en 1967. De inmediato entró en el Ministerio del Interior, entonces a cargo del Dr. Guillermo Borda, de raíz peronista-nacionalista. Gobernaba Juan Carlos Onganía, el primer dictador de la llamada y frustrada "revolución argentina" (con minúscula adrede, por su fracaso estruendoso).
El padre de Garré era amigo de Borda y Nilda lo era de María, la hija del ministro. Así N. Garré llegó a su asesoría en el Ministerio del Interior del gobierno militar (continuó con Levingston y Lanusse, período éste en el que compartió funciones con el Dr. Jorge Reinaldo Vanossi, Director Nacional de Asuntos Jurídicos en la gestión del radical Arturo Mor Roig). Parece que Horacio Verbitsky la indultó y ahora puede ser la ministra de Seguridad garantista, como antes la de Defensa que pasará a la historia por mandar a retiro a oficiales por el crimen de "PORTACION DE APELLIDO".
¿Dice algo: un peronista, ministro de Onganía y un radical, de Lanusse?
De paso, quizás es útil un comentario-interrogante: ¿nos dice algo que con Onganía el ministro del Interior haya sido un peronista y con Lanusse un radical?
Ante el renunciamiento de mi candidatura, aparecio Garre
En 1973, el general Perón había decidido que en la lista de diputados nacionales por la Capital el FREJULI (el Frente que él convocó y aglutinó) incluyera en la nómina a cuatro extrapartidarios: uno del frondizismo (fue Isidro Odena), uno democristiano (fue Salvador Busacca), uno socialista (Jorge Selser) y uno radical yrigoyenista (Perón señaló para el escaño a quien esto firma).
En una decisiva reunión, previa al cierre de listas, yo le manifesté al Delegado de Perón que "nosotros nos incorporamos al FREJULI por ideales y no por candidaturas". En el justicialismo inmediatamente registraron esa abdicación mía y en la casa de Muñiz Barreto, con Juan Manuel Abal Medina como bastonero, ¿a quién pusieron en la lista en el lugar que yo decliné? A Nilda Garré y así salió diputada nacional.
¿Erré? ¿Valen los renunciamientos idealistas? Los espacios que uno deja, ¿van a parar a buenas manos?
La ley es el mejor 'patrón'
Para culminar este editorial - que incluye una referencia personal que nunca relaté por escrito, pero que a 37 años de los hechos quizás valga darlas a luz -, quiero referirme sobre para qué está la ley y a quién ampara más.
La ley está para civilizar nuestros vínculos intrasociales y de cada uno y todos los miembros de la comunidad con el Estado, que es la nación - nosotros - jurídicamente organizada. Ella posibilita la convivencia armónica y la resolución pacífica de los conflictos.
La ley ampara a todos, pero especialmente a los más débiles. Los poderosos siempre tienen resortes y puertas a los que recurrir. Los más desvalidos sólo tienen a la ley.
La ley es la única capaz de IGUALARNOS. Con una condición: que rija como reina y señora, a la única que nos esclavizamos todos.
La ley es el mejor 'patrón'. En esto es menester desterrar una larga, y alimentada deliberadamente, confusión. Es como con la libre competencia. Muchos creen que la libre competencia es el 'negocio' de los poderosos. ¡Todo lo contrario! Es en beneficio del consumidor que en el juego de la genuina libre competencia se erige en el patrón del proceso de consumo. En contraste, en el oligopolio - ni hablar en un contexto de monopolio - el consumidor queda a expensas de esos intereses corporativos.
¿A quién perjudica más que la ley sea en la Argentina más elástica y voluble que un chicle? ¿Que sea la dama más violada y ultrajada? A los pobres, sin dudas.
Los humildes quedan a merced, en ausencia de la vigencia plena y majestuosa de la ley, de punteros, funcionarios clientelistas, redes corruptas de toda laya, incluidos los narcotraficantes y los policías atrapados por la podredumbre que se despliega vastamente.
Lo único de "derecha" que tiene la ley es el vinculo etimológico con derecho
Es un formidable desacierto asociar ley y orden con derecha y riqueza. La ley es, por antonomasia, ANTIPRIVILEGIO. De derecha son los privilegios, es decir leyes privadas en beneficio de pocos. La ley, en aras de todos y como expresión de la voluntad general, es todo lo contrario de una herramienta derechistas, salvo semánticamente por su etimología que la vincula con DERECHO.
El orden sirve a los más necesitados que son por caso quienes van a trabajar o a buscar labor en transportes públicos y por las vías de tránsito colectivas. Un piquete que interrumpe, ¿a quién perjudica más sino a los pobres?
Ley y orden mas educación igual prosperidad para todos
La ley y el orden favorecen a la prosperidad colectiva y basta un buen Estado al servicio del bien común para que esa prosperidad se distribuya con creciente equidad y derrame para todos. Si a esto se le adiciona EDUCACION, estaríamos ad portas del paraíso - en términos humanos y pedestres, no divinos, claro - llamado República Argentina.
Sigan llamándonos "fachos" por pretender LEY Y ORDEN en nuestra Patria. Afortunadamente, son inmensamente más quienes nos aplauden y coinciden que aquellos que nos impugnan.
Nosotros no les contestaremos a esos que nos estigmatizan diciéndoles "zurdos", izquierdistas o "progres". ¿Saben por qué? Porque esos impugnadores no son siquiera de izquierda ni mucho menos progresistas. La izquierda del mundo entero se aferra a la ley y el orden que traen progreso. En eso somos iguales, nosotros y ellos.
Sólo nos diferencian algunas valoraciones esenciales que ellos o desdeñan o minimizan. Pero este es otro asunto. Hoy se trata de LEY Y ORDEN.
Soldados de la ley y el orden: Eso somos
Somos soldados cívicos de la LEY Y EL ORDEN. Son los únicos capaces de deparar PROGRESO Y PROSPERIDAD para todos, empezando por los humildes, incluyendo entre éstos a los inmigrantes legales a quienes el firmante de este editorial sigue abriéndoles sus brazos porque son hermanos de las viejas Provincias Unidas y porque son bienvenidos al trabajo y la producción de la Argentina.
Alberto Asseff
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