lunes, 20 de julio de 2009

De la miseria de la política y de la defensa de la Hispanidad

José María de Arentcha diría en 1949 de la ayuda argentina: “Estamos ya con medio cuerpo fuera del foso, y nunca olvidaremos a quien nos dio una mano cuando estábamos en el fondo”.

Por Julio Martino

Partidos supuestamente patrióticos lanzan una campaña con este desgraciado lema: “Los españoles primero”.

“Los españoles primero”, imagino entonces que los hispanoamericanos después. Si continuáramos con esta lógica podríamos decir que “los españoles” que están en Hispanoamérica (mas numerosos por cierto que los hispanoamericanos que están en España) deberían ser por una ley de retorsión e igualdad en la inequidad: “después”, “los españoles después”.

Pero esto nunca sucederá, ni lo primero ni lo segundo. En Hispanoamérica jamás se segregaría a nuestros mayores, a nuestra sangre, a nosotros mismos. Y en España el pueblo español jamás comulgara con este precepto xenófobo y en contra de todas las tradiciones de nobleza e hidalguía que lo distinguen. Los españoles no son los franceses, los holandeses u otros europeos. Aquí es otra la hidalguía, es otra la tradición. Puede estar en la cabeza de alguien, por ejemplo, que ante un comedor para niños desamparados se esté identificando cuáles son españoles para que pasen primero y los que no lo son se esperen por si sobra algo. Le puede entrar a alguien en la cabeza que el pueblo español pudiera admitir esto. Cabe preguntarse entonces si será atinada una política que solo causará efecto en los sectores afines con el egoísmo, el odio, el rencor y la revancha social contra los más desvalidos? Estas gentes –minoritarias sin duda- valen la pena? Valen la pena los que tengan estos valores, o convendría por lo contrario una política hacia los que tienen los más altos valores? Si se inclinan por lo último, debieran revisarse los lemas de estas campañas.

Pero además está el dilema moral y religioso. La tradición cristiana y católica de España se da de narices con una política de este tipo. Que religión adoptaran los que se plieguen a este tipo de políticas, porque cristianos ya no podrán ser. El cristianismo no admite, bajo ningún concepto, esta posibilidad de organizar la vida desde el egoísmo y la discriminación. Seguramente tendrán que adoptar religiones de corte pagano, más acordes con el estilo “identitario”, desde el que se desprecia nuestra religión católica y confunde nuestra piedad con debilidad. Debilidad la cristiandad que a empuje de valor y grandeza transformó el mundo y aniquiló inequidades sin cuento? Pero esa es otra historia.

CUANDO EL PODER PLUTOCRÁTICO CERCO A ESPAÑA

Pero querer aplicar políticas que el pueblo español sufrió en masa cuando el mundo entero lo segrego, terminada la guerra mundial, es una contradicción profunda con la historia. El brutal bloqueo plutocrático del 45 fue una especie de “los españoles después”. Y quien vino al rescate sino Hispanoamérica en la figura grandiosa de Eva Perón. El pueblo de Argentina rompió el ominoso bloqueo y comenzaron a llegar a la sitiada España decenas de buques que transportaron mas de 400 mil toneladas de trigo, 100 mil toneladas de maíz y no se cuanta carne. Pagados a través de un préstamo que el propio gobierno peronista facilitó a España. Esto permitió duplicar la ración de pan a 350 grs. por persona y salvó la vida literalmente a miles de niños españoles.

José María de Arentcha diría en 1949 de la ayuda argentina: “Estamos ya con medio cuerpo fuera del foso, y nunca olvidaremos a quien nos dio una mano cuando estábamos en el fondo”.

Los que diseñan la política de la discriminación por cierto que lo olvidaron, acaso los argentinos aquí en España, deben ir por detrás en cualquier apoyo o ayuda?

Pero los errores de esta política no terminan en lo ético, moral, religioso e histórico, también se equivocan en el análisis de la crisis. La crisis no la provocaron los inmigrantes, ni siquiera la provocaron “los palurdos” del PSOE, estos son sólo “comparsas” con patrones despiadados. La crisis es consecuencia de las políticas financieras piratas que los grupos “cosmopolitas” internacionales ejercen contra los pueblos. Y este por cierto que es todo otro tema.

Pero sigamos adelante con la cadena de errores que supone este lema, se olvidan al lanzarlo del amor, del querer. Es de suponer que los españoles aman España. Yo les afirmo que junto a ellos aman a España con igual intensidad los hispanoamericanos. Hispanoamérica esta prendada de su “Madre Patria”, la ama incondicional y absolutamente. Que amor mal correspondido sería con los que así la aman ponerlos a quererla en una segunda fila.

¿SE ESTA PRIMERO AUNQUE SE ODIE ESPAÑA?

Pero decantado de lo anterior, se puede considerar entonces que estos hispanoamericanos “vendrán después” incluso de aquellos españoles que aborrecen el nombre de España. Vendrán detrás de los separatistas vascos o catalanes?. Entonces esos que aborrecen su nombre y su idioma quedarán por delante de quienes no hablan otra lengua que la española?, y que además se sienten orgullosos cuando sus hijos nacen en España y les entregan el DNI que dice son españoles, al contrario de los que ponen bombas y banderas contra España?

Pero naturalmente estas preguntas son solo retóricas por que jamás sucederá. Pero estos eslóganes hacen daño, calientan las cabezas de gentes de pocas miras, provocan odios y nos alejan de las metas nacionales e imperiales a las que nunca puede renunciar España.

Se equivoca el eslogan, se equivoca en todo lo ancho y a todo lo largo. No hay ningún ángulo desde el que pudiera buscársele una ventaja. El error está en acoplarse a las políticas de la derecha xenófoba europea y abandonar las políticas históricas de España. Olvidan, quienes lo escriben, que esos mamarrachos políticos de la Europa identitaria y derechista son anti-españoles. Como xenófobos y racistas fueron contra los españoles los ingleses de Australia en su trato a quienes trataron de buscarse la vida por aquellas tierras. Que diferencias con quienes recalaron en Hispanoamérica en cualquier época. O como olvidar a los cientos de miles de desgraciados, aterrorizados por la propaganda roja, que abandonaron España finalizada la Guerra Civil para ir a sufrir el mayor escarnio que un pueblo puede infringir a otro: cientos de miles de niños y mujeres inocentes tratados como ganado por los franceses e internados en ominosos campos de concentración donde los niños morían como moscas. Como olvidar el “d’allez allez” despectivo y humillante de los gendarmes franceses. La mayoría de ellos volverían luego a la patria y no sufrirían ningún tipo de represalia del Gobierno Nacional.

NUESTRA HISTORIA, NUESTRA CULTURA Y NUESTRA FE SIEMPRE PRIMERAS

Pero como decíamos el eslogan se equivoca, por que el dilema de España está en sobrevivir o morir como entidad histórica, con todos sus valores, con todas sus creencias, con sus defectos y con sus virtudes: ESPAÑA. Entonces el lema debiera ser: NUESTRA HISTORIA, NUESTRA CULTURA Y NUESTRA FE SIEMPRE PRIMERAS.

Porque son mucho más peligrosos para la tradición española los cientos de miles de ingleses y otros europeos, asiáticos y musulmanes, que alteran la cara de España, como jamás lo serán los hispanoamericanos de religión católica y tradición hispana, que más bien la refuerzan, porque traen en sus maletas pedacitos de España que están en aquellas tierras.

Porque el enemigo del pueblo español son los grandes grupos financiero-cosmopolitas, el marxismo separatista, el avance inaceptable del islam, la degradación moral de sus costumbres, las políticas europeístas que le imponen abandonar su grandeza y responsabilidad de Imperio. De Imperio Universal, con un destino indisolublemente unido en la Hispanidad. Lo del título, el lema de la nueva campaña es la “miseria de la política”, el imperio y la “defensa de la hispanidad” son la grandeza de la política. Jamás con políticas de este tipo podrá España ocupar el lugar que Dios le asignó ante la humanidad y que ninguna nación le puede quitar, porque antes muere España que renunciar.

Como decía Ramón Menéndez y Pidal: “La grandiosa unidad, exaltada por Plinio y por Prudencio, que Roma realizó sobre el Mediterráneo realizo a su vez España sobre los dos océanos del globo, sometiendo innumerables pueblos, divididos por creencias bárbaras, lenguas discordes, enemistades exterminadoras, e imponiéndoles la paz hispana, para hermanarlos con los conquistadores en religión, en sangre, en lengua, y en las leyes indianas”

Y completaba con grandiosidad Marcelino Menéndez y Pelayo: “España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de san Ignacio… ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad; no tenemos otra. El día que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los arévacos y de los vectones, o de los reyes de taifas”

Por un Imperio hacia Dios

ARRIBA ESPAÑA Y ARRIBA HISPANOAMÉRICA CRISTIANA Y FALANGISTA

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