Un puñado de referentes no especificados de la oposición y del Partido Justicialista se han animado a poner sobre el tapete la incómoda pregunta: ¿sería apropiado brindarle un salvoconducto al ex presidente, habida cuenta del descrédito que sufre la clase dirigente en la Argentina? Un tópico demasiado candente pero que la opinión pública hace rato discute.
Por Matías Ruiz
Ciertos nombres no revelados de la política, que antes abordaban la cuestión elípticamente, ahora se atreven a ponerle mayor énfasis a la posibilidad de cercar judicialmente al ex presidente Néstor Carlos Kirchner. Cada vez son más los que consideran que Elisa Carrió tenía razón: el kirchnerismo se ha confirmado como una suerte de santuario de personajes siniestros al cual no hay que perdonarle nada.
La discusión no es nueva. Carrió fue de las pocas figuras opositoras que viene sumando aportes a los incontables cuerpos de las causas que se amontonan contra el esposo de la Presidente de la Nación, en numerosos tribunales. Allá por 2004 se conoció el célebre informe preliminar -elaborado por el ex ARI- sobre la compañía pesquera española Conarpesa, de cómo había obtenido suculentos réditos en la provincia de Santa Cruz gracias al feudo kirchnerista, y la manera en que tal corporación se vio groseramente involucrada en el tráfico de cocaína en exportaciones de pescados y mariscos hacia el Viejo Continente. Conarpesa -luego se confirmaría- también había aportado fondos millonarios a la campaña presidencial de Kirchner. Y, entre aquellos renglones, incluso surgía el homicidio del periodista y ex empresario pesquero "Cacho" Espinoza, a manos de un sicario. Silenciado porque había expresado su interés en hablar de todo y de todos.
Por supuesto, cuando se habla de corrupción en la Era Kirchner, siempre se reflota la eterna cuestión de los fondos desaparecidos de Santa Cruz, para acuñar la frase célebre de Guillermo Cherashny. De aquellos casi US$ 700 millones jamás el ex primer mandatario dio explicación alguna. Algunos creyeron inoportuno zamarrearlo con la travesura, ante la posibilidad de que el propio Kirchner apareciera en conferencia de prensa, resúmenes bancarios en mano y destruyera a cualquier esfuerzo opositor de cara a cualquier elección futura. Y sin embargo, el tema quedó en un sordo bluff. Hoy, el misterio que roza al dinero santacruceño ya dejó de ser tal. No solo jamás se supo de su destino, sino que salta en evidencia que fue malgastado. Nunca retornó a Santa Cruz en forma de obras de infraestructura, como se desinformó oportunamente -y, como es obvio, omitiendo los detalles que lo hubieran aclarado-. La provincia sureña se encuentra hoy virtualmente quebrada, luego de las gestiones de los títeres locales de Kirchner, antes Sergio Acevedo, luego Sancho, y finalmente, el actualmente atribulado Peralta -al que el esposo de Cristina quiere llevarse puesto, para hacerle pagar por la derrota sufrida en la propia casa-. Léase, Kirchner ha continuado gobernando la provincia a través de sus testaferros políticos y la ha terminado fundiendo. ¿Cómo se hace para destruir financieramente un distrito con apenas un par de cientos de miles de habitantes y con miles de millones de dólares ingresados en concepto de royalties derivados de la explotación petrolera? Es una misión imposible y, en palabras de Roberto García -presente hace poco en una emisión de Poder Vacante, el programa de Jorge Asís- el desastre de Santa Cruz asoma ahora como uno de los grandes interrogantes que dejará el matrimonio presidencial luego de su desaparición de la política.
Es por muchos sabido, los argumentos penales que podrían llevar al ex presidente Néstor Carlos Kirchner a prisión son incontables. Van desde presentaciones por importantes malversaciones hasta aquellas relacionadas con incompatibilidad con la función pública. Ahora se suma también el intrincado nodo del bochornoso enriquecimiento del matrimonio presidencial que, en plena crisis financiera internacional y el agudo parate local, se las han arreglado para incrementar sus activos físicos, líquidos y financieros en más de un 150% en solo un año.
En definitiva, lo que la opinión pública se pregunta es, ¿para qué sirve la administración de justicia si quien permanece en un cargo acumula causas pero, mientras no lo abandone, goza de absoluta impunidad? Y lo que es más : si acaso los Kirchner se ven forzados a abandonar la política y -llegado el caso- ningún tribunal los convoca para que den las explicaciones por los incontables desaguisados cometidos, ¿cuál es el fin último de "vivir en democracia"? ¿En algún momento la sociedad argentina ha votado impunidad para aquellos que la gobiernan y que la reducen a la miserable condición de vasallaje? Si los libros de historia no equivocaron el camino, el sistema feudal se basaba principalmente en la protección que el señor feudal daba a todos aquellos que deseaban vivir tras el resguardo de sus muros. Como es lógico, esa protección solo se proveía luego del pago de un tributo que el vasallo abonaba en función de lo que su actividad comercial le permitía recaudar para su subsistencia. En la Argentina de los Kirchner, los ciudadanos no solo carecen de la protección más elemental -basta ver las estadísticas que reflejan la explosión del delito- sino que el tributo a pagar es grosero y confiscatorio -en el mejor de los casos-.
Kirchner exhibe demasiados (y atractivos) flancos débiles por los cuales debería ser juzgado, y son bien específicos, como los mencionados. Por otra parte, están todas aquellas problemáticas que indirectamente ha colaborado en fogonear.
Empezando por la crisis de la educación. Las escuelas y los colegios estatales del país se encuentran al borde del derrumbe. Los educadores se han vuelto una suerte de conglomerado mafioso de tinte moyanista que suma paros y vacaciones para diseñar recesos eternos pero -no podría ser de otra manera- con esos descansos bien remunerados y con un abuso galopante de la llamada "carpeta médica". Las decenas de maestros dedicados que quedan en todo el país terminan siendo apaleados por alumnos violentos que no quieren estudiar. Si el profesor se salva de la golpiza, siempre puede venir "de visita" el padre del inquieto muchacho para ajusticiar al "desubicado" que reprobó a su hijo... Sistema perverso que termina vomitando hijos inútiles y progenitores irresponsables o alienados que leen Revista Caras mientras su primogénito se dedica a incendiar la estación de servicio más cercana. "Estos chicos...", dirán, sin quitar la vista de la última prostituta VIP a la que ahora se le dio por ser mamá. Qué monada.
La seguridad ha sido -aunque los medios tradicionales jamás lo dirán- el gran motor de la derrota kirchnerista tanto en el conurbano como en las últimas elecciones que ganó De Narváez por más de 5 puntos (sin importar que los números "oficiales" digan lo contrario). Muchos vecindarios del conurbano -ya lo hemos dicho- ya son una réplica del Far West americano, aunque con protagonistas más temerarios. Del tema ya se ha hablado en exceso; el lector en más de un caso ha expresado sus coincidencias. Pero la Capital Federal también se ha convertido en tierra de nadie. Incluso la rápida llegada de móviles policiales genera broncas por el exceso de protagonismo que la misma fuerza ni siquiera se empeña en ocultar. En el episodio del lunes 20 de julio por la noche en que un menor de 16 años retuvo a tres rehenes en una perfumería del barrio de Almagro, no menos de una decena de patrulleros de la Federal irrumpieron en escena para cortar la Avenida Rivadavia. Luego, hizo su aparición el G.E.O.F. Un despliegue absolutamente innecesario, habida cuenta de la desprotección que debieron sufrir otros miles de porteños de otras zonas de la Ciudad. Todo por un delincuente violento con más de veinte causas penales encima y que tenía a tres mujeres como rehenes. A la vista de las imágenes de la señal de Crónica TV, muchos se preguntaban si en lugar de desperdiciar seis horas de recursos, no hubiera sido mejor que un francotirador le volara la cabeza al delincuente y "todos contentos". Porque -indefectiblemente- el malhechor que protagonizó el hecho volverá a las andadas ni bien lo libere algún juez "derechohumanista"... y volverá a protagonizar un hecho que comprometa la vida de otras personas. Esta "Justicia" y esta "Seguridad" son subproductos directos de las torpezas de Néstor Kirchner y sus asesores en el poder. Particularmente Aníbal Fernández, que es el funcionario más odiado por la opinión pública, a contramano de los que creen que es Guillermo Moreno.
El sistema de salud kirchnerista también está en la bancarrota. Desde la llegada del consorte de Cristina Fernández, solo hubo promesas. Los hospitales de siempre continúan destruídos, llámese Posadas, Pirovano o Fernández. La realidad de las instalaciones sanitarias de la Argentina hace pensar mucho a la frase que reza: "Los vivos envidiarán a los muertos". Los supuestos "trabajadores de la salud" -como no podía ser de otra manera- también están agremiados y constituyen otra de las tantas organizaciones mafiosas controladas por la ideologizada ATE, con el caso paradigmático del "líder gremial" Gustavo Lehrer, quien en su momento tomara por la fuerza al Hospital Garrahan, trompeando pacientes y médicos en su reguero de "lucha de clases". Para colmo de males, el dengue y la gripe H1N1 han arribado para hacer más estragos. Desde luego, gentileza de Graciela Ocaña, Claudio Zinn y el inquietante y charlatán Ministro Manzur, todos cómplices a la hora de ocultar estadísticas y de redibujar los números de fallecidos para que "no se enoje la gente". O más bien, para que la sociedad no los termine linchando.
Kirchner ha azotado a la sociedad argentina, durante todos estos años, con la existencia de un "clima destituyente" que jamás se concretó. Ni aún luego de su derrota frente al agro, nadie movió un dedo para eyectarlo del poder. Mucho menos ahora que ha sufrido la peor de las catástrofes, el 28 de junio. Sin embargo, el ex presidente no ha perdido un segundo a la hora de derribar y reemplazar gobernadores en Santa Cruz. En su momento, también "inventó" una falsa huelga de docentes en la provincia de San Luis, para generar caos social y quitar de en medio a los Rodríguez Saá, para suplantarlos con algún títere afín. No ha habido gobernador o intendente al que no haya amenazado abiertamente con desfinanciarlo si no se sumaba a su proyecto político. No en vano el estudioso Jorge Asís lo ha rebautizado como "El Furioso", una disimulada alegoría para Führer.
Descripto brevemente el panorama, ciertos nombres importantes de la ahora tan poblada "vereda de enfrente" atan cabos: "Si a Kirchner no lo hacemos desfilar por tribunales, la gente va a creer que somos lo mismo". Este importante señor del Conurbano habla del "pejotismo" y sus posibilidades para 2011. Cuestión no menor dado que, si el próximo aspirante al sillón de Rivadavia por el PJ llega con agenda liviana, tendrá la derrota garantizada. Duhalde y sus íntimos se preguntan si no será hora de darle al partido un pequeño giro a la derecha, aunque más no sea propagandístico. El problema es que hoy el "Partido" se nutre casi pura y exclusivamente del crimen organizado, los elementos corruptos de la Bonaerense y el tráfico y comercio de "drogas peligrosas". "Pero todo ello podría quedar en un segundo plano si a los medios se les ofrece la cabeza del matrimonio Ceaucescu", nos comenta una fuente.
"Los Kirchner han acumulado ya demasiados temas pesados en la Justicia. Momo Benegas y Duhalde son conscientes de los desafíos que presenta este problema. Muchos intendentes ya se animan a proponer que los Kirchner paseen por Comodoro Py hasta que dejen un senderito marcado en el piso. Por otra parte, si el matrimonio se salva, y lo hace sin necesidad de exiliarse en el exterior, eso caería muy mal entre los votantes que todavía tienen dos dedos de frente. El único que ya dijo abiertamente que no los perseguirá si es presidente, es Macri. Mauricio mandó a sus voceros a decir que no buscarán rencores, pero lo cierto es que a Néstor no lo mandaría preso nunca. Habrá que ver cómo disfraza eso frente a los afiliados que quieren sangre, cuando llegue la interna. Algunos han propuesto un término medio, empezando con Aníbal y Luisito D’Elía. Con el último ya ha comenzado el operativo venganza. A Aníbal le va a tocar también; tiene mucho que explicar desde sus tiempos de prófugo en Quilmes, el sitio donde se escondió para que no lo agarrara la policía y, más cerca en el tiempo, el caso de los federicos que agarraron con cocaína en Salta y volcaron el auto. Parece que la droga era del Bigote. Después están Miceli, Piccolotti, Depetri, Pérsico... Y si seguimos buscando, hasta Mamá Hebe tendría que dar explicaciones por la cantidad de cheques sin fondo que ha liberado y por los subsidios excesivos que manoteó de este gobierno. La lista es interminable".
Dejando de lado las consideraciones políticas, la evaluación sobre lo que pueda creer la opinión ciudadana no dista mucho de la realidad. ¿Cómo podría pretender renovarse un candidato del PJ o de cualquier espacio opositor si su discurso elude el pedido de justicia para los desaguisados de los Kirchner? El esposo de la Presidente ya engañó a muchos con su discurso de que él era "la nueva política". Ya nadie podrá utilizar este argumento para venderse cual producto nuevo ante el votante.
Si Néstor Carlos Kirchner y Cristina Fernández Wilhelm eluden la prisión efectiva y una lógica incautación de bienes, ello no solo significará desparramar una importante ola de descrédito sobre el proceso político argentino en general, sino también sobre el sistema de reglas en que se fundamenta esta suerte de democracia.
Candidatos reciclables y jueces siempre al servicio del poder -al mejor estilo María Romilda Servini de Cubría- son figurita repetida. No queda ya espacio para gremialistas de la calaña de Hugo Moyano y su terrorista prole o de incapaces y lenguaraces como Aníbal Fernández, que se reciclan con aburrida pero recalcitrante cadencia.
El que sea ungido Presidente de la Nación para la lejana época del 2011 deberá sentar un ejemplo y poner las cartas sobre la mesa para que una Justicia Independiente disponga de Néstor Kirchner y su mujer. De otra manera, la corrupción habrá vuelto a ganar la partida, con la democracia languideciendo y exhalando su último suspiro frente a nosotros.
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