El crepúsculo de los Kirchner es inexorable. La decadencia del imperio organizado por el matrimonio que lleva en la Presidencia de Argentina desde mayo del 2003, ha comenzado una carrera imparable. El barco del poder hace aguas y, de momento, no encuentran salvavidas.
Por Carmen de Carlos
Todos los frentes están abiertos: el país se ha estancado, la fuga de capitales no tiene freno, las inversiones se alejan, la mesa de diálogo no genera confianza y el poder político de la Presidencia mengua a menos de dos años y medio del fin de su mandato.
Las fuerzas que sostenían el Gobierno que encabeza Cristina Fernández de Kirchner les dan la espalda o pierden potencia. Hasta Hugo Moyano, el sindicalista que ha servido de sostén a la doble Administración del matrimonio, atraviesa sus horas más bajas. El titular de la poderosa Confederación general del Trabajo (CGT) afronta una embestida de "los Gordos", tal y como se conoce a los pesos pesados de la CGT, de la que no saldrá sin rasguños. Moyano intenta resistir el asalto al poder de los veteranos sindicalistas peronista que proponen una dirección colegiada y censuran su manera, excesivamente personalista, de dirigir la CGT.
Pero las horas bajas de Moyano, todavía la única persona con capacidad para presionar con éxito al Gobierno y colocar a hombres de su confianza en puestos claves, -en términos financieros-, de la Administración, no las padece en soledad. Los hombres de Kirchner andan de capa caída. Hasta Daniel Peralta, gobernador de Santa Cruz, el viejo feudo del "matrimonio reinante", como se refieren algunos medios a Cristina y a Néstor Kirchner, está en la cuerda floja. Sin fondos, con las cuentas de esa pequeña provincia desequilibradas y, según la prensa local, repudiado por el Gobierno central por haber perdido respaldo en las elecciones legislativas del 28 de junio, Peralta tuvo que salir esta semana a desmentir su renuncia. La crisis es de tal magnitud, que en aquella remota provincia patagónica no se descartan iniciativas polémicas contra las petroleras como Repsol con tal de conseguir fondos.
Sergio Acevedo, ex mano derecha de Néstor Kirchner, ex titular de los servicios de inteligencia y ex gobernador de Santa Cruz, rompió su silencio de los últimos años para sumarse a la ofensiva contra el matrimonio por el insólito aumento del patrimonio familiar de más del 158 por ciento durante el pasado año. "Hay robo para la corona", aseguro antes de advertir que "esas ganancias vienen de actividades no lícitas". Al mismo tiempo, la diputada de la Coalición Cívica, Patricia Bullrich, anunció la presentación de un proyecto de ley para "expropiar los terrenos adquiridos a precio vil" de los Kirchner, adquiridos por un valor simbólico de menos de un euro y vendidos posteriormente por cifras astronómicas.
Mientras arrecian las voces contra la fortuna K los datos de la economía aumentan la preocupación general. El Estado cerró el balance de junio con un déficit de unos 348 millones de euros y, según datos del Cronista Comercial, acumuló un desequilibrio de otros tantos millones. Asimismo, los gastos corrientes subieron un 38 por ciento frente a los ingresos de un 27 por ciento.
En este contexto, la presidente, Cristina Fernández de Kirchner, arranca hoy su ronda de conversaciones con los gobernadores. El primero en la lista, es el de la ciudad de Buenos Aires: Mauricio Macri que lleva en carpeta, como el resto, una lista de demandas y reproches que no tendrá más remedio que escuchar.
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