Los valientes hondureños que tuvieron el coraje de hacer fracasar el plan de la izquierda contra su patria están siendo victimas de una indecente y descarada presión internacional para que se sometan al estafador pro-marxista que abusó del poder presidencial para empezar a cometer un golpe de Estado.
Por Cosme Beccar Varela
En nombre de la democracia la OEA, con Chávez, los Kirchner y Lula a la cabeza y la desfachatada actuación del Secretario de la OEA Insulza (un chileno marxista que no tiene ningún empacho en actuar contra todas las leyes de Honduras y contra la propia razón de ser de esa Institución), ha resuelto casi por unanimidad, con los EEUU de Obama y de Clinton incluidos, exigir el retorno de Zelaya al poder sin condiciones y no deja de tratar al actual gobierno de Honduras como si fueran unos forajidos, cuando es evidente que no han hecho otra cosa que cumplir con la Constitución de ese país.
Esto es tan evidente que ni intentan discutirlo. El Cardenal Primado de Honduras, Mons. Rodríguez Maradiaga hizo importantes declaraciones hace pocos días reiterando lo que ya había dicho la Conferencia Episcopal en pleno tres días después del desalojo del usurpador Zelaya y en ellas explica con lujo de detalle la inconstitucionalidad manifiesta de las maniobras de Zelaya. Puede leerlas en la Sección "Correo del Lector" de este periódico, nro. 2678 del 16 de Julio ppdo.
A eso cabe agregar la muy fundada resolución de la Corte Suprema y lo decidido por el Congreso de Honduras. Todos coinciden en denunciar el intento de golpe de Estado de Zelaya y la traición a la patria cometida por él al ponerse a las órdenes de Chávez, el tirano de Venezuela, con cuya intervención militar, dinero y otros auxilios contaba para someter a los hondureños a un régimen despótico de inspiración marxista.
Ninguno de los gobiernos de América se ha molestado en refutar las razones de los hondureños para desalojar al usurpador Zelaya. Saben perfectamente que no tienen ningún argumento. Entonces recurren a la fuerza y a las presiones económicas. ¿Por qué se atreven a tanto? Porque Honduras es un país pequeño, sin gobiernos aliados en el mundo y que no podría resistir mucho tiempo a una invasión militar ni tampoco a un bloqueo económico prolongado.
La "mediación" del Presidente de Costa Rica, Oscar Arias, impuesta por los EEUU y la OEA al gobierno legítimo de Honduras presidido por el Sr. Micheletti, ha tomado un cariz absurdo. El Presidente Arias, en vez de "mediar" se ha convertido en vocero de las amenazas de Zelaya y exige su reposición en la presidencia de Honduras como condición indispensable de cualquier negociación. O sea, toma partido totalmente por la posición del usurpador y exige que Honduras continúe sometida al proceso de sumisión al marxismo. Y para presionar a los valientes hondureños agrega: "la alternativa es que se va a derramar sangre en Honduras" ("La Nación", 20/7/2009, pág.1).
¿Eso es un "mediador"? ¿Es ese un “premio Nobel de la paz”? En las más modesta de las hipótesis es un "idiota útil" del marxismo colaborando con éste para que un país más se agregue a la lista de los que tiene sometidos en América. ¿Por qué se presta Arias a semejante brutalidad? Es difícil saber pero sí se puede colegir: porque el liberalismo no es realmente enemigo de la izquierda sino su antesala y su secreto admirador. Además, sospecho vehementemente que Arias está juramentado para obedecer la decisión tomada en el antro en que deliberan y resuelven los enemigos de la civilización cristiana su completa destrucción.
Lo mismo dígase de la repugnante posición adoptada por la Unión Europea. Además de que los países de la Unión han retirado sus Embajadores ahora han resuelto suspender -hasta el retorno de Zelaya- la ayuda económica ya acordada a Honduras y dejarán de mandar lo u$s 70.000.000 que debían girar este año ("La Nación", 21/7/2009, pág. 2). O sea, es mentira que quieren el bien del pueblo hondureño. Esa ayuda es al pueblo que se le quita.
Felizmente parecería que en el Congreso de los EEUU hay varios legisladores que no están de acuerdo con que se use la potencia de ese país para extorsionar a una pequeña nación que se defiende legítimamente contra los intentos del marxismo internacional. Pido a Dios que ilumine a esas personas para que sepan cómo oponerse con éxito y lo hagan sin cejar.
Lo grave del caso es que también temo que lo que ocurre en y con Honduras sea parte de un plan para escarmentar a cualquier nación que pretenda escapar a la triste suerte en que ya se encuentran Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y la Argentina. Creo que hay que rezar para pedir un milagro, para que Dios envíe al Arcángel San Miguel, Príncipe de las milicias celestiales, a defender Honduras y hacer fracasar el siniestro plan de sus poderosos enemigos.
Si Honduras es vencida, las esperanzas de América y del mundo en detener la nueva ola marxista se verán notablemente disminuidas.
Los argentinos deberíamos avergonzarnos de que nuestro país parezca representado por la usurpadora Cristina Kirchner. Deberíamos protestar enérgicamente y demostrar que ese mujer no nos representa, que asumió el poder en forma ilegal, que sus ideas no son las de la mayoría de los argentinos y que todos quienes nos preocupamos por la situación de Honduras estamos totalmente del lado del actual gobierno en la medida en que mantenga su posición basada en la Justicia y en el amor a la Patria.
Espero que este artículo llegue a conocimiento del Sr. Micheletti, de los diputados, de los Jueces y de los militares de Honduras. Para eso lo enviaré a todas las direcciones de ese país que tengo para que se sientan reconfortados, en alguna medida, aunque sea pequeña, al saber que desde el lejano Sur los admiramos y apoyamos.
Lamentablemente nosotros ya estamos insertos en el proceso de sometimiento al marxismo y no tenemos medios materiales para ayudarlos. Pero si los tuviéramos, no les quepa la menor duda, hermanos hondureños, que los usaríamos. Si tuviéramos el gobierno de la Argentina hubiéramos votado contra las canallescas sanciones que la OEA les impone y hubiéramos mandado una advertencia a todos los países que los oprimen para que se abstengan de intervenir en vuestra heroica defensa de la Justicia. No valdría mucho esa ayuda argentina, pero les sería más difícil aplastar a Honduras y a la Argentina.
Todo está en manos de Dios y de la clarividencia y el coraje de vuestros gobernantes y soldados.
La Botella al Mar
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